Totoro, el gato que me salvó: lecciones de amor, límites y resiliencia
Jessica Dos Santos relata cómo la adopción de su gato cambió su vida. Una historia íntima sobre afecto, convivencia y redención mutua.
El vínculo invisible que transforma
«No debemos humanizar a las mascotas», repiten algunos. Que los gatos no son hijos, que no sienten como nosotros. Jessica Dos Santos no lo cree así. Desde que Totoro llegó a su vida, afirma con certeza que su gato le ha enseñado más sobre humanidad que muchas personas.
«Lo prefiero por encima de un gentío», confiesa. Con él ha aprendido a valorar la rutina, a descansar sin culpa, a estirarse antes de pararse. Y, sobre todo, a desconectarse del celular cuando ya ha sido suficiente.
Lecciones de amor y respeto
Totoro le ha recordado a Jessica que la vida puede ser simple: una pelotica de papel, una caja y la alegría de estar acompañado. Le enseñó que está bien pedir afecto cuando se necesita, que quien ama espera con paciencia, reconoce tus pasos y te recibe con amor.
«Me mostró que para ser felices necesitamos de los otros, gente amorosa, alguien a quien podamos ronronearle», escribe. Y también que no hay que confiar en todo el mundo.
Totoro le enseñó a poner límites. Si alguien los sobrepasa, dice, está bien cambiar el tono, mostrar las garras o simplemente irse.
Resiliencia con patas y bigotes
En sus momentos más oscuros, Totoro se convirtió en un espejo de resiliencia. Su presencia silenciosa, su compañía constante en los días difíciles, incluso en las madrugadas o cuando la enfermedad toca la puerta, han sido un bálsamo.
Jessica pensaba que lo había rescatado. Pero con el tiempo entendió que fue Totoro quien la salvó. «Me ayudó a no perder la fe, a recordar que es hermoso tener una casa y crear nuestro propio concepto de hogar».
La maternidad, las pérdidas y la reafirmación personal
Un psicólogo le sugirió adoptar un gato como preparación para tener un hijo. El padre adoptivo huyó y Totoro también sufrió esa ausencia. Pero juntos se levantaron.
«Con su adopción, me reafirmé: soy una jeva tan impaciente como responsable, tan llorona como fuerte», reconoce. Él la ha visto en todas sus dimensiones, sin juzgar.
Jessica no sabe si el hijo llegará. Pero desea que su gato la acompañe hasta la vejez. «Y que, si tiene siete vidas, me escoja en todas».
Fuente de la información:
Testimonio inédito de Jessica Dos Santos publicado originalmente en su canal de difusión.
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